La identidad gráfica diseñada tiene como eje principal un logotipo sólido y estable, con una composición iconográfica que garantiza una excelente legibilidad en cualquier formato o tamaño. Su estructura organizada y equilibrada no solo refuerza la presencia visual de la marca, sino que también asegura su adaptabilidad a diversos contextos, manteniendo siempre su esencia.
El diseño incorpora un elemento clave para la cliente: el limón, símbolo que conecta profundamente con la visión y propósito de la marca. Este detalle no solo refuerza la autenticidad, sino que también agrega un toque distintivo que la diferencia en el mercado.
Una paleta de colores versátil y equilibrada, que combina sobriedad, elegancia y un toque de diversión. Su adaptabilidad permite realzar escenas vibrantes y, al mismo tiempo, transmitir serenidad.
Amarillo Toast: Representa sabiduría y elegancia.
Verde Forest: Evoca naturaleza y esperanza.
Rosa: Refleja calidez y empatía.
Azul: Inspira paz y tranquilidad.
Las ilustraciones son clave para destacar en un mercado saturado, ya que aportan originalidad, refuerzan el mensaje de tu marca y crean una conexión emocional con tu audiencia. Su diseño personalizado asegura una identidad única y memorable, ayudando a diferenciarte de la competencia de manera efectiva.
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