Me considero una diseñadora apasionada, amante de la vida y soy el resultado del amor… si, el mismo amor que nos mueve a todos y que nos hace sentir maripositas en el estómago…

Hace unos años atrás nos llamó una novia que deseaba la invitación más hermosa para su boda, ella era Natalia, a quién me dirigiré como Naty, porque ambas desarrollamos una hermosa amistad.

Naty es de Paso Ancho de Oreamuno, un hermoso lugar rodeado de hermosas montañas y paisajes típicos de la provincia de Cartago. Su casa quedaba camino a Pacayas.

En ese entonces, mi esposo y yo éramos de San José y recién propietarios de una casa en Cartago, por lo que conocíamos muy poco nuestra provincia de residencia y por supuesto nos perdimos, sin embargo, encontramos la casa de Naty y en ella a la hermosa pareja y familia.

Una vez reunidos con los novios nos comentaron su concepto y detalles de gran valor y procedimos a desarrollar el diseño… Una invitación vintage!!! Aunque suene extraño, creamos una invitación vintage moderna, pues en ese año estaba el vintage de moda!!!

Innovamos utilizando una paleta de color azul y personalizamos aún más la invitación con un elemento hermoso que deseaba Naty, un angelito, el angelito que los está acompañando siempre.

Una vez finalizada la invitación viajamos varias veces a Paso Ancho a entregar el material, claro, nosotros encantados, pues es un lugar maravilloso.

Muy cerca de la boda, conversando con Naty por Face me comentó que aún no tenían queque… Santo Dios! A 15 días de la boda no habían encontrado a su proveedor…

En ese momento me encontraba en capacitación pastelera por lo que le dije a Naty que si ella lo deseaba, con gusto se lo podía elaborar… Ella encantada de la vida aceptó y me impulsó a desempeñarme en otra de mis pasiones el arte en queques…

Nuestros estudios en escultura nos han permitido desarrollar proyectos hermosos y hoy quiero agradecerle a Naty por su confianza y por provocar en nosotros la inspiración!!!! 🙂

Ya han pasado varios años y hoy Naty & Andrés son papás de una bebita hermosa «Tamara» a quien le pudimos elaborar el quequito de su primer año.

🙂

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